Hagamos un trato….
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Llegó la hora de ser viajeros responsables porque el mundo nunca más será el mismo, las reglas del juego están cambiando.
Lejos de teorías conspiracionistas, soy de los que opinan que nuestro planeta ha dicho a sus molestos inquilinos que no puede más, que está enfermo por culpa de nuestra irresponsable actitud y nos lo ha demostrado enfermando y obligándonos a permanecer en casa, reflexionando.
Llegó la hora de recapacitar, de cambiar modelos de pensar, de relacionarnos, de producir, de consumir y de viajar de una forma mucho más responsable de como hasta ahora lo hemos hecho.
Viajar es una actividad unida a la curiosidad y necesidad de saber y descubrir del ser humano, viajar abre la mente, cura, como decía Don Quijote, el mal de aldea, hace que al tomar un avión y subir a 9.000 metros de altura o desplazarse a tierras remotas e incógnitas a más de 12.000 Km de nuestra zona de confort, la creatividad se dispare y los problemas se vean tan fáciles de solucionar como lejanos.
Una cosa está clara y es que a partir de ahora el viajero tiene que hacer un pacto con la tierra, un pacto de no agresión, de respeto mutuo.
Durante estos días de retiro y reflexión he tenido la oportunidad de leer mucho y he recopilado los consejos de los viajeros más expertos y respetuosos con el medio ambiente, estas son algunas de las cláusulas que nos propone nuestro planeta Tierra en el trato de no agresión.
Debemos evitar la sobresaturación turística. Hay lugares en el mundo que pueden sorprendernos tanto o más que ciudades como Nueva York, París, Londres o Barcelona que sufren de la llamada turistificacion o turismofobia. Destinos donde sus habitantes nos acogerán con los brazos abiertos y donde nuestras divisas ayudaran en muchos casos a mejorar su calidad de vida. En este interesante artículo de la prestigiosa revista Traveler Conde Nast nos muestran algunos destinos tan interesantes como desconocidos
https://www.traveler.es/experiencias/galerias/los-11-lugares-menos-visitados-del-mundo/765/image/38094
Antes de este cisne negro que pasa delante de nuestras vidas ya eran muchos los hoteles que apostaban por hacer de este mundo un lugar mejor incorporando a su gestión buenas prácticas medioambientales, ahora ya no hay excusas para elegir dormir en establecimientos que no sean responsables.
Llegó la hora de declararle la guerra al plástico, de decir NO al plástico: a las botellas a las pajitas de un solo uso, a los vasos y cubiertos en nuestro pic-nic, a las bolsas de compra. Ya son muchos los países que han prohibido estos artículos y espero que cada vez sean más, aunque yo, que no soy amigo de prohibiciones, confío en que los gobernantes no tengan que tomar estas medidas, simplemente porque los ciudadanos y viajeros estén tan concienciados que no será necesario.
Hay otra medida que está ayudando a paliar los efectos nocivos que los viajeros producimos en el medio ambiente, consiste en la aportación voluntaria de una cantidad económica proporcional a las toneladas de CO2 generadas al viajar mediante una calculadora on line ideada por la prestigiosa ONG aragonesa ECODES, es tan sencillo como entrar en https://www.ceroco2.org/servicios-ceroco2/calculo-de-huella-de-carbono calcular y compensar.
Son tiempos de reflexionar, de salir de nuestra zona de confort y actuar, nuestro precioso planeta nos pide que hagamos un trato: “trátame bien y yo cuidaré de ti”. Aún estamos a tiempo.